jueves, 4 de abril de 2013

CUENTO NUMERO 3


Amor por la naturaleza
Era un día de primavera en el que Héctor se disponía a ir a cazar al monte como solía hacer cada fin de semana. Héctor era un hombre de mediana edad que le encantaba estar en el monte, pasaba allí las horas muertas. Pero ese día no fue igual que el resto, le paso algo especial. Iba caminando para encontrar algo de caza, cuando de repente escucho unos ruidos extraños, como si alguien o algo estuviera llorando, se acercó lentamente a ver qué eran esos ruidos, su sorpresa fue que se trataba de unos rayones (son los hijos de las jabalinas) los observó y comprobó que estaban hambrientos, no habían mamado desde hace un par de días por lo menos, esto significaba que no tenían mamá. Héctor para no equivocarse estuvo observándolos unos días para ver si era cierto que no tenían mamá. Al cuarto día que subió al monte ya decidido a cogerlos para sacarlos adelante con un biberón y leche artificial, se llevó una sorpresa todavía mayor que la anterior, notó que ya no estaban tan hambrientos y ya no lloraban de hambre, alguien les estaba amamantando. Efectivamente así era, se asomó por allí una perrita pequeñita de color marrón, la cual estaba alimentando y protegiendo a los rayones. Héctor al ver aquella escena decidió no cogerlos porque iban a estar mejor cuidados por esa perrita. Aun así Héctor siguió subiendo unos días para comprobar que todo iba bien. Aquel día la naturaleza le demostró que aunque alguien no sea de tu mismo color, raza o especie puedes ayudarle igualmente a sobrevivir. Héctor muy contento de aquella experiencia que había vivido, años más tarde contaba la escena orgulloso a sus hijos para que ellos tratasen de hacer lo mismo con personas y animales.
Y colorín colorado  este cuento se ha acabado.

                                                            FIN      

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